Conmemoramos 110 años de la matanza de la Escuela Santa María en Iquique, pensando en cómo aún seguimos enfrentando problemas similares.
“El gran capital británico había tomado posesión de la mayor parte de las salitreras y John North impuso no sólo su dominio económico en el norte de Chile, sino también su ley. La historia da cuenta que el gobierno del Presidente Pedro Montt ofrece a la empresa británica pagar la mitad del aumento de los salarios pedidos por los huelguistas. La respuesta fue lapidaria: “no es un tema de platas, es un tema de principios, de autoridad y la autoridad debe ser repuesta”. Así lo hicieron las autoridades de la época. Fue el mismo criterio impuesto y defendido por el General Roberto Silva Renard, quién dio la orden de disparar sobre la multitud, sin importar si los huelguistas constituían o no una amenaza; el hecho es que no podían asomarse a la historia, no tenían derecho a manifestarse, sus reivindicaciones eran a priori considerados como ilegítimas.”
Esta es la parte final de una de las historias más impactantes en la vida republicana de nuestro país, pero si lo pensamos bien, hay algunos elementos que continúan siendo motivo de conflicto en la vida de los trabajadores. Acoso laboral, sueldos injustos, jornadas de trabajo extenuantes y una larga lista que podríamos plasmar en este texto. Aún en nuestro país tienen gran importancia los capitales extranjeros, especialmente en el ámbito de la minería. Desde principios del Siglo XX ha cambiado el mineral, han cambiado algunas normas de protección laboral y se ha avanzado en tecnología. Sin embargo, muchos trabajadores hoy en día se ven afectados por situaciones tan duras como las enfermedades profesionales que no son admitidas por las mutuales, la jubilación y las bajas pensiones, el envejecimiento y con ello la imposibilidad de seguir generado ingresos para sustentar la vida familiar.
Es muy poco probable que en estos días seamos testigos de una matanza como la ocurrida hace 110 años en la Escuela Domingo Santa María, ya no hay episodios de sangre tan duros como ese en torno a los trabajadores y sus fuentes laborales, pero sigue habiendo una constante lucha por llegar a puntos de justicia para la clase que machaca la piedra. Lo único que se busca es dignificar la labor de quienes con su trabajo han permitido que nuestro país tenga la proyección que tiene y el espacio que ocupa en la región.
En este nuevo escenario, hay que mantener la unión de todos los espacios comunitarios, tenemos el desafío de hacer frente a una forma de administración política que ya conocemos y por lo tanto, hay que estar preparados para defender lo ganado, cuidar al del lado y entendernos como sujeto colectivo, tan unidos como esos más de 3.000 hombres, mujeres y niños que dejaron su vida por conseguir justicia. Honramos ese valor, hoy que se conmemoramos la peor matanza de personas dela que nuestro Chile tenga memoria.
¡Por ellos, por lo que hicieron por nosotros y por lo que haremos por los vengan!