Enfoque de género, formación sindical, sistema de pensiones y defensa de los trabajadores fueron algunos de los temas programáticos del encuentro de los dirigentes nacionales de Confederación.
El recién pasado mes de agosto, en la ciudad de Antofagasta, la Confederación Minera de Chile realizó su XII Congreso programático. Este espacio de reflexión es una instancia de encuentro de todas las organizaciones sindicales que forman el cuerpo de la Confemin para discutir sobre el trabajo en que se debe enfocar esta organización en cuanto a la defensa de los derechos de los trabajadores de la minería y otros rubros vinculados.
Diversos fueron los temas que se abordaron durante los tres días que duró la actividad, entre ellos, los más importantes estuvieron vinculados a la reforma laboral, el cambio del sistema de pensiones, el trabajo pesado, la agenda de minería y la realidad respecto de la participación de las mujeres en estos espacios. La discusión fue interesante y constructiva, permitiendo fortalecer los principios de la Confederación en torno a su visión frente a la realidad de los trabajadores y sus familias.
Para el actual Presidente de la Confederación Minera de Chile, Hugo Paez Suarez, “el congreso es una instancia donde todos los dirigentes nacionales debemos participar de manera activa, impulsando los cambios que esperamos que beneficien a los trabajadores, sin perder nunca de vista que si estamos en la representación de ellos es porque nosotros, primero que nadie, creemos en la urgente necesidad de impedir que las empresas, gobiernos de turno y normativas diseñadas a medida, afecten la vida de todas las personas que trabajan en la minería, en la extracción de recursos naturales, en labores más artesanales que industriales”.
Una de las medidas programáticas que resultaron de la profunda reflexión de los dirigentes fue la necesidad de implementar un sistema de taller sobre reforma laboral para ayudar a mejorar el poder de negociación que los sindicatos tienen con las empresas en el proceso colectivo. La idea es fortalecer la dirigencia y fomentar las buenas prácticas en torno a la formación y educación de los sindicalizados.
En cuanto a la adopción de un enfoque de género que no haga distinciones entre hombre y mujeres, se acordó trabajar de la mano con el contexto social y desde allí dar fuerza a todas las acciones que se emprendan en cuanto a la participación activa de las mujeres en los espacios de decisión.