A 10 años del derrumbe en la Mina San José, más de 33 mineros permanecen desprotegidos en su actividad laboral.
EL jueves 5 de agosto de 2010, alrededor de las 14.30 horas, se produjo uno de los accidentes en la minería que mayor impacto generó en la opinión pública, nacional e internacional. Como consecuencia de este lamentable hecho, 33 de nuestros compatriotas se mantuvieron bajo tierra por más de 90 días, mientras en la superficie, el gobierno de Piñera 1 se encargaba de destituciones, cambios de gabinete, creación de comisiones, sin trabajar en lo importante: la ratificación del Convenio 176 de la OIT sobre seguridad y salud en las faenas mineras.
Mientras se articulaba un aparataje comunicacional a nivel mundial, del “histórico rescate” que lideraría el presidente de Chile, quedaba oculta, en el cajón de algún escritorio la negligencia del ejecutivo frente a su negativa para ratificar este Convenio Internacional que data de 1995 y que busca mejorar, considerablemente, las condiciones de seguridad dentro de la minería, una falta impresentable de sentido por parte de aquel gobierno.
La discusión y el trabajo en búsqueda de la ratificación de dicho convenio, no ha sido solo un gran fallo de los gobiernos de la derecha. Poca cosa también hicieron los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría, puesto que la data de dicho instrumento (1995) tiene más de 25 años de espera en nuestro país. La Confederación Minera de Chile, ha sido uno de los organismos vinculados a los trabajadores de la minería que más ha trabajado en búsqueda de que Chile adscriba a esta carta fundamental de derechos que aseguren la vida de quienes dedican su tiempo a la extracción del mineral que constituye el sustento de todo el país.
En la actualidad, “nuestra Confederación Minera de Chile, es parte activa dentro de la Coordinadora de Trabajadores de la Minería, desde donde hemos estado trabajando con una gran cantidad de organizaciones sindicales superiores para exigir a este gobierno sordo y testarudo que comprenda que, cuando se trata de la vida de las personas, no hay pero que valga. El año pasado estuvimos en La Moneda entregando una carta al presidente de la República, pero no tuvimos respuesta; luego de esto, llenamos la plaza de la Constitución con cruces negras, para mostrar la cantidad de muertes que hemos sufrido en la minería y aún así, hasta el día de hoy, en que conmemoramos 10 años de las atrocidades que nuestros compañeros mineros tuvieron que vivir sepultados bajo tierra, este Presidente sigue en un perpetuo silencio.” Con estas palabras, Hugo Páez Suarez, presidente de la Confemin se refirió a la escasa consideración que ha tenido dentro de las autoridades nacionales, la ratificación del Convenio 176.
Las duras palabras del dirigente representan el sentir de muchas otras organizaciones sindicales que hoy, aún tienen esperanzas de que mejoren la salud y seguridad al interior de las minas en Chile.